El abrazo y los beneficios del contacto físico

Mejora nuestra salud mental y estado de ánimo.
Libera “oxitocina”, hormona que ayuda a relajarnos y a reducir el estrés.
Mejora el sistema inmune. Promueve la generación de glóbulos blancos.
Disminuye la percepción del dolor. Produce un efecto de distensión o relajación.
Activa la liberación de serotonina y dopamina. Promueve una sensación de bienestar.
Mejora la autoestima, el apego y los vínculos afectivos.
Nos protegen de las infecciones.

Los abrazos generan la sensación de protección, disminuyendo nuestro estrés y aumentando nuestro sistema inmunológico.

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Tipos de abrazos

Los abrazos son momentos que pueden llenarnos de felicidad y son capaces de emocionar hasta al corazón más duro porque tienen el poder de traspasar gruesos caparazones.

A continuación los principales tipos de abrazos gracias a los cuales podemos interpretar las expresiones de cariño o camaradería y reconocer su intención:

Abrazo clásico: Es el abrazo más afectivo. Se inicia con dos personas frente a frente, de pie. Los hombros rodean espalda y hombros, las cabezas se juntan y se establece un mayor contacto físico. Es un abrazo muy tierno, expresa amor puro e incondicional, devoción, entrega. Es sublime, largo y genuino.
Abrazo de espalda: Es un abrazo de pareja cuando esta se encuentra realizando alguna labor. El hombre o mujer rodea con sus brazos la cintura de su pareja y luego se acerca a ella con cierta presión. Quiere demostrar el afecto, el agradecimiento y la felicidad.
Abrazo de amistad: Uno de los tipos de abrazos más ligero y breve, en el sentido de que las personas que lo realizan pueden no conocerse demasiado. En él, se utiliza uno de los brazos para abrazar el cuerpo de la otra persona mientras que con la mano que queda libre se le da unas palmadas suaves en el costado. Las cabezas no llegan a juntarse.
Abrazo lateral: Un tipo de abrazo muy simple: consiste en rodear los hombros de la otra persona con un solo bazo mientras nos situamos a su lado y miramos en la misma dirección. Puede utilizarse en diversas situaciones y, a diferencia de lo que ocurre en otras clases de abrazo, permite realizar otra tarea a la vez.
Abrazo distante: Es un abrazo en el que ambas personas deben inclinarse ligeramente hacia adelante para llegar a abrazar a la otra, ya que sus cuerpos están relativamente alejados entre sí y hay mucho espacio entre sus cinturas. Se trata de un abrazo dado por compromiso, como si fuese parte de un protocolo, y en general suele dejar entrever una relación fría entre dos personas que acceden al abrazo sin demasiadas ganas.

Dar abrazos

Abrazar es un ritual muy importante en nuestra vida cotidiana. Además, es un puente entre dos almas y un símbolo social, sin embargo, por curioso que resulte, no siempre significa lo que queremos, deseamos o soñamos. En realidad, estamos ante un tipo de lenguaje no verbal que se rige por las normas culturales de las diversas sociedades. Puede incluir cierta una cuota de complicidad, traernos paz o ser un gesto de falsedad o engaño.

Es por esto que no todos los abrazos nos son cómodos. Es más, a pesar de que sean múltiples los estudios que nos recuerdan los grandes beneficios de llevar a cabo este gesto, hay otro lado de que no siempre se habla. Hay abrazos que ocasionan estrés y amenaza. Al fin y al cabo estamos ante un tipo de contacto físico caracterizado por un evidente nivel de intimidad, al que no todos desean llegar.

Abrazoterapia

El poder que ejerce un abrazo sobre tu salud y tu estado de ánimo ha quedado demostrado en un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Pensilvania (EEUU). En ese estudio se ha podido demostrar que los abrazos no solo mejoran nuestra salud mental, sino que nos protegen de las infecciones.

La muestra, de más de 400 adultos sanos que fueron entrevistados durante las dos semanas, respondieron una encuesta en las que se les preguntaba acerca de la frecuencia de conflictos con terceros y los abrazos que habían recibido.

Finalmente, se les expuso a un virus del resfriado común, y se sometieron a una cuarentena para observar los signos de infección y evolución de la enfermedad, mientras permanecían aislados.

Y sí, se cumplieron las mejores previsiones posibles, demostrando el gran efecto protector que tiene el amor sobre la salud. Comprobaron que los participantes con mayor apoyo social y menos conflictos eran los menos propensos a enfermar de gripe, siendo concretamente los abrazos los que explicaban un tercio del efecto protector contra la infección.

La explicación podría residir, en el papel que tienen los abrazos como inductores de la sensación de protección, disminuyendo nuestro estrés y aumentando nuestro sistema inmunológico.

La información proporcionada en este sitio sirve para apoyar y no para reemplazar la relación entre un paciente y su médico o nutricionista.

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