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Blog Vive Sano

Tratamiento para el reflujo | 6 claves para combatirlo

2017-07-03

Tratamiento para el reflujo

El reflujo gastroesofágico aparece cuando el contenido del estómago fluye nuevamente hacia el esófago. Esto sucede cuando la válvula situada entre el estómago y el esófago, no se cierra de manera adecuada. Pero antes de abordar el tratamiento y la dieta recomendada con más detalle, vamos a conocer los síntomas iniciales y explicar las causas que lo originan.

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Síntomas

Los síntomas más comunes de la enfermedad del reflujo gastroesofágico son la acidez y/o la regurgitación ácida. La acidez es una sensación de ardor que se siente detrás del esternón, y aparece cuando los contenidos gástricos irritan el recubrimiento normal del esófago.

La regurgitación ácida es la sensación de que los fluidos gástricos suben a través del pecho pudiendo llegar hasta la boca. Otros síntomas menos frecuentes que también pueden estar asociados con el reflujo gastroesofágico incluyen dolor de pecho sin motivo aparente, jadeos, dolor de garganta y tos, entre otros.

¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

Cuando una persona consume un alimento, éste pasa de la boca al esófago y de ahí al estómago, donde tiene lugar su digestión. Para que el alimento pueda pasar del esófago al estómago existe una válvula llamada esfínter esofágico inferior que actúa como una puerta, abriéndose para que la comida pase.

Una vez que el alimento ha pasado, la válvula vuelve a cerrarse para evitar que los ácidos y enzimas del estómago pasen al esófago, es decir, para evitar el reflujo gastroesofágico. Cuando una persona padece esofagitis tiene lugar una disminución de la presión del esfínter esofágico inferior, por lo que el jugo gástrico y las enzimas digestivas refluyen.

Como consecuencia de este reflujo puede presentarse irritación de la mucosa del esófago y la inflamación de la misma (esofagitis). La inflamación causa dolor y dificultad para tragar.

Diagnóstico y pruebas

Si los síntomas son leves, tal vez no se requiera ningún examen.

Si los síntomas son graves o reaparecen después de haber recibido tratamiento, el médico puede llevar a cabo un examen llamado esofagogastroduodenoscopia (EGD).

  • Consiste en una prueba para examinar el revestimiento del esófago, el estómago y la primera parte del intestino delgado.
  • Se hace con una pequeña cámara (endoscopio flexible) que se introduce por la garganta.

Adicionalmente se puede requerir uno o más de los siguientes exámenes:

  • Un examen que mide con qué frecuencia el ácido gástrico entra en el conducto que va desde la boca hasta el estómago (llamado el esófago)
  • Un examen para medir la presión dentro de la parte inferior del esófago (manometría esofágica)
  • Con un examen de sangre oculta en heces positivo se puede diagnosticar sangrado proveniente de la irritación en el esófago, el estómago o los intestinos.

Dieta recomendada para el reflujo gastroesofágico

Una correcta selección de alimentos es fundamental para curar la inflamación de la mucosa del esófago y reducir la irritación. Las recomendaciones dietéticas son tratar de disminuir la acidez de las secreciones gástricas y seleccionar alimentos que suavicen la mucosa y calmen la irritación y el dolor.

Una dieta para el reflujo debe ser suave y se puede emplear junto con cambios en el estilo de vida para ayudar a tratar úlceras, acidez gástrica, náuseas, vómitos, diarrea y gases. Debe incluir alimentos blandos, no muy picantes y con poca fibra. No debe comer alimentos picantes, fritos, ni crudos. Tampoco debe tomar alcohol ni bebidas que contengan cafeína.

Su doctor le dirá cuándo puede empezar a comer otros alimentos de nuevo. Consumir alimentos saludables aún será importante cuando vuelva a agregar alimentos. Su doctor puede remitirlo a un nutricionista para que lo ayude a planear una dieta para el reflujo.

Alimentos recomendados

Los alimentos que puede comer en una dieta suave incluyen:

  • Leche y otros productos lácteos, únicamente bajos en grasa o sin grasa.
  • Verduras cocidas, enlatadas o congeladas.
  • Jugos de frutas y jugos de verduras (algunas personas, especialmente aquellas con ERGE, deben evitar los cítricos).
  • Panes, galletas y pasta elaborados con harina blanca refinada.
  • Cereales calientes y refinados.
  • Carnes tiernas y magras, tales como pollo, pavo, pescado blanco y los mariscos, preparados al vapor, horneados o asados a la parrilla sin grasa agregada.
  • Mantequilla de maní cremosa.
  • Budín y natillas.
  • Huevos.
  • Tofu.
  • Sopa, especialmente caldo.
  • Té suave.

Alimentos no recomendados

Algunos alimentos que podría preferir evitar cuando siga una dieta suave son:

  • Lácteos grasosos, tales como la crema batida o el helado rico en grasa.
  • Quesos fuertes, tales como el azul o el Roquefort.
  • Verduras crudas.
  • Verduras que producen gases, tales como el brócoli, la col, la coliflor, el pepino, los pimientos verdes y el maíz.
  • Fruta deshidratada.
  • Cereales de salvado o integrales.
  • Galletas, pasta o panes integrales.
  • Encurtidos, chucrut y alimentos similares.
  • Especias, como ají picante y ajo.
  • Alimentos que contengan mucho azúcar.
  • Semillas y nueces.
  • Pescados y carnes ahumadas o curadas y muy sazonadas.
  • Alimentos fritos.
  • Bebidas alcohólicas y bebidas con cafeína .

Igualmente, debe evitar medicinas que contengan ácido acetilsalicílico (aspirin) o ibuprofeno (Advil, Motrin).

Otras recomendaciones alimentarias

Cuando usted siga una dieta suave:

  • Ingiera comidas pequeñas y coma con mayor frecuencia durante el día.
  • Mastique bien los alimentos y hágalo lentamente.
  • Deje el cigarrillo si fuma.
  • NO coma dentro de las 3 horas antes de acostarse.
  • NO coma alimentos que estén en la lista de “no se debe comer”, especialmente si no se siente bien después de ingerirlos.
  • Tome líquidos lentamente.

6 recomendaciones claves para combatirlo

  1. Evitar las comidas abundantes y ricas en grasa, sobre todo 3 horas antes de acostarse.
  2. Reducir el consumo de café y bebidas alcohólicas.
  3. Consumir alimentos ricos en mucílagos, como higo, zuchini, zapallo, etc.
  4. Ser regular en los horarios de las comidas y no dejar pasar muchas horas entre comidas.
  5. No acostarse justo después de comer. Conviene mantenerse en posición vertical, o recostado.
  6. Subir la cabecera de la cama unos 15 o 30 cm para evitar la aparición de reflujo mientras se duerme.

La información proporcionada en este sitio sirve para apoyar y no para reemplazar la relación entre un paciente y su médico o nutricionista.

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