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La manera correcta de hidratarse
La mejor forma de cubrir las necesidades de líquidos pasa por ingerir agua, pero también es posible conseguirlo a través del agua que contienen los alimentos, otras bebidas como caldos, infusiones suaves o zumos, y con la mayoría de frutas y verduras, cuya agua puede representar entre el 90% y el 98% del peso total. El agua que pueden aportar los alimentos consumidos a lo largo de toda una jornada oscila entre 700 y 1000 ml/día, por lo que no resulta suficiente como para satisfacer las necesidades fisiológicas. Una vez en el tracto digestivo, los nutrientes que componen los alimentos (hidratos de carbono, proteínas y grasas) se metabolizan (se aprovechan) y en este proceso también se genera agua, unos 200-300 ml. Con ambas cifras, se consigue un aporte de unos 1.100 ml, por lo que se deben ingerir como mínimo otros 1.000 ml de líquido extra para compensar las pérdidas.
¿Por qué debemos hidratarnos correctamente?
El agua constituye más de dos terceras partes del peso del cuerpo humano. Todas las células y órganos necesitan agua para funcionar. El agua sirve como lubricante. Es un componente de la saliva y los líquidos que rodean las articulaciones. El agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración. También ayuda a prevenir y aliviar el estreñimiento al movilizar el alimento a través de los intestinos.
¿Cómo aumentar nuestro consumo de agua?:
- Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
- Elegir el agua sobre el resto de bebidas y, a ser posible, agua con un adecuado contenido en sales minerales.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
- No esperar a tener sensación de sed para beber. Disponer de agua u otro líquido a mano.
- Mantener las bebidas a temperatura moderada, ya que si están muy frías o muy calientes, en general, se bebe menos.
- Niños y ancianos tienen un mayor riesgo de deshidratación.
- Elegir las bebidas de acuerdo al nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida.
- Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.
- Consumir agua y bebidas bajas en calorías si se quiere controlar la ingesta calórica o el peso.
- Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación. (1 ración = 200 a 250 ml).
Una alimentación balanceada ayuda a mejorar la hidratación
Una alimentación equilibrada, rica en vitaminas y minerales, influirá de manera directa en la piel. Consumir altas raciones de fruta y verdura, por su composición nutricional, resulta clave para proteger y mejorar el aspecto del cabello y la piel.
En cuanto a los minerales mayoritarios en las verduras, hay que destacar la presencia de potasio y el magnesio. Actúan como refuerzo en el organismo porque ayudan a mantener un nivel de hidratación adecuado, a producir energía y a sintetizar sustancias vitales. También intervienen en la contracción y relajación muscular, además de influir de manera positiva en el estado anímico.
La información proporcionada en este sitio sirve para apoyar y no para reemplazar la relación entre un paciente y su médico o nutricionista.
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Fuentes: Medline Plus y Eroski