Consumo responsable
En los últimos años cada vez más personas se han sumado al consumo responsable, una filosofía de vida que reivindica un modelo económico más sostenible, mediante la reducción del consumo innecesario para dedicarle más tiempo libre a lo que de verdad importa. A algunos les guía la búsqueda de un estilo de vida más coherente, otros promueven la transformación social o buscan reducir su “huella ecológica“, es decir, el impacto que sus decisiones tienen sobre el medio ambiente, pero para la mayoría, optar por este tipo de consumo supone un proceso de crecimiento personal.
El consumidor se plantea así cuáles son sus necesidades verdaderas, analiza el efecto que la publicidad tiene sobre sus decisiones de compra y opta por reducir su volumen de consumo, lo que le permite a su vez disminuir su dependencia económica y optar, por ejemplo, por trabajar menos horas. Todo parte de un proceso de liberación, que nos va a permitir ganar tiempo para lo importante: la familia, la pareja, los amigos, la salud, dormir ocho horas o comer sano y que nos ayuda a poner en primer lugar lo que consideramos prioritario. Le compro menos cosas a mi hijo pero paso más tiempo con él. Es un camino a la coherencia.